Creación y recolección de cosas bonitas, interesantes y entretenidas.
¡Espero que os guste!

jueves, 20 de enero de 2011

En la sociedad de hoy es muy importante la capacidad comunicativa. Las posibilidades de trabajo, estudios, relaciones sociales…etc., dependen, en buena parte, de nuestra capacidad para interactuar con los demás.
En la asignatura Habilidades de la Comunicación Oral y Escrita  hemos tratado   de desarrollar las habilidades  lingüísticas básicas como son la compresión y expresión oral y la compresión y expresión escrita.
 Dentro de estas cuatro habilidades, la expresión oral es la que más complicada me resulta  y la que más tengo que desarrollar.  En ella valoramos la importancia de expresarse con fluidez y claridad.  La buena pronunciación y entonación. Así como saber utilizar los recursos no verbales (Mirada, gestos, movimientos del cuerpo…), para el desarrollo óptimo de las capacidades  para la conversación, el diálogo, el debate, el relato…Durante estos meses he realizado varias exposiciones, comenzando con mi presentación y finalizando con un  monólogo. Aunque,  la percepción que tengo sobre mis exposiciones orales no es completa, pues, mi grado de ansiedad todavía  es alto y  no soy consciente al detalle de ellas, mi autoevaluación es positiva. En la presentación, no controlaba los componentes no verbales, como los gestos y mirada, en los componentes verbales tenía varias muletillas y el grado de ansiedad era bastante elevado, me temblaba la voz y me faltaba la respiración. En mi última exposición mi grado de ansiedad había disminuido un  poco y sentía que controlaba mejor los gestos y la mirada, aunque mi voz seguía temblorosa.  
La compresión oral, es la habilidad lingüística que menos importancia pienso que le damos, pues creemos que somos buenos oyentes. Sin embargo, estamos rodeados diariamente de  malos entendidos. Un ejemplo de ello es el ejercicio que hicimos en clase del dictado de un dibujo. Hay que tener una actitud positiva, poner atención en lo que dice el interlocutor, respetar sus ideas y hacer que se sienta escuchado. Evaluamos la escucha activa, con el cuerpo, con la palabra y con la actitud y la  comprensión de la idea principal y de las ideas secundarias. Creo que tengo una escucha activa y comprensión bastante buena. Dentro de la escucha activa tengo que mejorar la escucha activa con la palabra, como por ejemplo hacer más preguntas.
La expresión escrita es una de las habilidades que quizás más he desarrollado  a lo largo de la asignatura. Hemos trabajado a través de un blog las diferentes expresiones escritas, como la descripciones, narraciones, reflexiones, relatos…. En ella evaluamos la presentación, el contenido y la forma. Al principio, dentro del contenido, me costaba buscar un vocabulario ajustado y sintetizar las ideas principales. En la forma, hacía frases muy complejas y  tenía problemas con la puntuación. Mi resultado, al final de la asignatura, es que sintetizo mejor lo que quiero decir. Las frases son más sencillas y mejor cohesionadas. Mi punto débil es la puntuación, valga la redundancia.
Y por último, la comprensión escrita. Es muy importante entender lo que leemos y cómo lo leemos. En esta habilidad evaluamos la fluidez con la que leemos y su comprensión.  En las primeras lecturas, como por ejemplo, la del Charango, dentro de la fluidez, necesitaba mejorar mi habilidad visual (lectura de búsqueda) y adaptarme al objetivo de la lectura. En la comprensión, tenía que mejorar las ideas secundarias y detalles. Habilidades que he ido mejorando a lo largo de estos meses con las actividades que hemos realizado en clase y con los ejercicios complementarios expuestos para desarrollar dicha habilidad.
Como conclusión diría que aunque tanto en la compresión y expresión oral y escrita, he mejorado a lo largo de estos meses, necesito desarrollar mucho más estas cuatro habilidades  y la única manera de hacerlo es ponerlas constantemente en práctica.



                                                  

sábado, 15 de enero de 2011

ADA sin H

Aunque no lo parece no tiene vocación de maestra,  es reservada, tímida, y le gustaría cambiar su vida. Es orgullosa y rencorosa lo justo.  Lo que no puede esconder es que es totalmente sentimental, romántica, soñadora, cariñosa, inquieta, pasional, sensible, positiva y creativa. Creé en la amistad y en el destino. Le pueden las injusticias que hay en este mundo consumista, por lo que no es nada materialista. Trabaja para vivir y se niega  entrar en el rebaño de las marcas. Es voluntaria en varias ONGs. Está sensibilizada con el medio ambiente. Y es amante de los animales. Tiene quince gatos y un perro que se llama Ariel. Le gusta el cine, el teatro, la música, los cómics y su vicio confesable es que le encantan los videojuegos, es un poco Friki (creo que bastante). Tiene vena de artista, en el pasado cantaba en un grupo, toca la guitarra (tiene una eléctrica buenísima que es su tesoro más preciado), compone, dibuja, escribe…Además, le encanta la fantasía y la magia y le gustaría  que la inocencia de la infancia no se perdiera nunca. Pero, lo más importante para mi, es que ella hace que otros vuelen, espolvoreándoles polvo de hada. Gracias.
 

viernes, 7 de enero de 2011

LEYENDA URBANA. El Mastín Mágico.

Me dijo una amiga mía, que el amigo de un primo suyo, le había contado algo muy curioso que le había sucedido a una chica que vive en un pueblo del noroeste donde él va a veranear. Su  padre es el médico del pueblo y Luisa, que así se llama la chica, es la pequeña de tres hermanas. Ella desde que nació nunca había hablado. Sus padres la habían llevado a lo mejores especialistas. Ninguno de ellos encontraba  razón alguna por la que la niña no articulaba palabra. Fisiológicamente no tenía problemas. Un día, un peregrino, que pasó por el pueblo, le regaló a la familia un perro mastín en agradecimiento a su hospedaje. No se encontraba muy bien de salud y el médico lo acogió en su casa durante su recuperación. Le pusieron de nombre Froilán. Pero el inmenso perro se pasaba los minutos, las horas y los días,  ladrando y aullando. Los vecinos no paraban de quejarse. Por  lo que después de muchas quejas decidieron, con mucha pena, llevarlo a la perrera. Cuando llegó ese día, en el que el mastín Froilan estaba subiendo en el coche de la perrera, Luisa gritó: ¡Noo, por favor! Todos sorprendidos y boquiabiertos por lo que había sucedido, decidieron  quedarse con Froilán. A partir de ese día, el mastín no volvió a ladrar y la hija pequeña comenzó a hablar.

LEYENDA. El Mastín Mágico.

Hace muchos, muchos años en una pequeña ciudad del norte de la Península, habitaba una familia, que se rumoreaba que estaba embrujada. Realmente, no se sabía muy bien por qué, pero el rumor se fue corriendo de unos a otros, año tras año. La gente del lugar temían  relacionarse con ellos por medio que les cayeran alguna maldición.
Esta familia eran los De Carpio, vivían en una gran casa de piedra en el centro de la ciudad. La familia estaba formada por un anciano padre, su hijo y un elegante y majestuoso mastín que vigilaba desde el exterior toda la propiedad. Nunca salían de la casa. Los vecinos les tenían miedo y si alguna ven lo hacían  eran apedreados y tenían que refugiarse rápidamente. Debido a esto,  ellos mismos cultivaban sus propios alimentos y tenían lo imprescindible para poder vivir sin tener que salir de la casa. Un día el anciano padre se puso muy enfermo. El hijo sin dudarlo se tiró a la calle a pedir ayuda pero los vecinos huyeron despavoridos sin escuchar lo que decía el joven. Desconsolado volvió a la casa sin ayuda. Entonces, el precioso mastín observando la  desesperada situación salió  a la calle y se dirigió a la casa del doctor que estaba situada dos calle más abajo. El Doctor Arintero tenía gran prestigio en toda la provincia. Además de buen profesional era buena persona. Estaba casado y tenía dos hijas. La más pequeña había nacido muda. El perro se situó en la puerta y comenzó aullar hasta que consiguió que saliera de la casa. ¿Este no es el perro de los  De Carpio? Se preguntó. Y repente el perro dijo: Si y mi amo está muy enfermo, su hijo ha salido a pedir ayuda pero no le han hecho caso. Le pido, por favor, que vaya a verlo y le recompensaré. El Doctor no daba crédito de lo que estaba viendo, ¿el perro me está hablando? tembloroso cogió su maletín  y fue corriendo hacia la casa, más por miedo a las represalias que por auxiliar a su vecino. El médico llegó a tiempo y pudo salvar la vida del anciano. El hijo no sabía como  agradecérselo a la vez que se extrañaba que aquel hombre hubiese ido en su ayuda. El mastín le dijo al Doctor Arintero que no dijera nada de todo lo que había sucedido y él se lo prometió. Un poco desorientado por todo lo que había sucedido se dirigió a su casa. Al entrar en ella, le estaba esperando su hija pequeña que abrazó a su padre y le dijo: Hola papá.