Buscando por la red links sobre literatura infantil y juvenil he encontrado un recurso didáctico que me parece muy interesante: El cuento motor. Con él, los maestros y futuros maestros, podemos utilizarlo en el aula para mejorar la expresión corporal, la capacidad creativa y la imaginación.
El reloj dormilón Entre paréntesis y en color naranja puedes ver
las aclaraciones sobre los movimientos que se deben realizar a la vez que se
cuenta el cuento.
Vivía entre todos los relojes del reino uno al que llamaban el reloj Dormilón.
Porque desde su nacimiento nunca había sido capaz de marcar bien la hora y por
lo tanto como el tiempo no pasaba para él, siempre estaba durmiendo.
Toda esta historia ocurrió en
Relojelandia, el país de los relojes, donde nacen todos, todos, los relojes que
existen en el mundo entero.
Aquella mañana, Dormilón se
despertó a las 12. Vamos a
imitarle.
Comenzó moviendo el pie
derecho, más tarde el pie izquierdo, movió los hombros, el cuello y por fin
aunque es muy perezoso decidió levantarse. Cuando ya estaba levantado comenzó a
llorar, y a pensar tristemente:
Soy el reloj más desgraciado de
todos los relojes del país, todos funcionan perfectamente y pronto podrán irse
al reino de los hombres, pero yo por tonto y dormilón, tendré que quedarme en
mi país con todos los viejos relojes.
Y pensando en los viejos
relojes comenzó a andar, siguiendo algún ritmo, todos imitamos:
·
A un anciano con su joroba
·
Andando a 4 patas.
·
Cojeando de un pie.
·
Y otras más que se le ocurrieron.
Mientras tanto en un lugar
apartado del reino, se encontraba Temporín (el mejor amigo de Dormilón) reunido
con todo el pueblo, para buscar una solución al grave problema de Dormilón.
Todos estaban sentados, cuando
de pronto Temporín se levantó y dijo: “El que supere la prueba será el
encargado de ir a la casa de Agujín-tin-tin (el gran mago de la montaña) y
pedir consejo.
La prueba consiste
(hagámosla):
Como veréis hay colocados
sobre el suelo 4 aros, por los cuales deberemos de pasar.
·
Por el primero con dos apoyos, pero
colocados dentro del aro.
·
Por el segundo con dos apoyos, pero uno
colocado dentro del aro y otro fuera.
·
Por el tercero con un solo apoyo colocado
dentro del aro.
·
Por el cuarto con un cuatro apoyos
colocados en el centro del aro.
Todo tiene que hacerse en 1
minuto. Quien no se equivoque será el encargado de ir al monte Fantástico y a
la casa de Agujín-tin-tin.
Todos los habitantes de
Relojelandia realizaron la prueba y el más rápido de todos fue Temporín, el
gran amigo de Dormilón, quien muy decidido recogió lo más importante de su casa
y partió al largo viaje.
Primero iba muy rápido, dando
saltos de alegría:
1º sobre sus dos pies.
2º sobre un pie nada más.
3º sobre sus talones.
Daba saltos y saltos de un
lado para otro tomando al final las posturas más extrañas que puedas imaginar.
Cuando se cansaba de dar saltos, continuaba dando volteretas, por todas las
zonas de césped que encontraba a su paso. Daba volteretas hacia delante y hacia
atrás.
Entre saltos y volteretas no se
dio cuenta de que ya había llegado a casa del mago. El mago estaba en la puerta
de su casa y corriendo preguntó a Temporín lo que ocurría; éste le contó el
problema que tenían en el pueblo con Dormilón.
Agujín-tin-tin después de pensar
un largo rato, decidió que lo mejor era ir al reino de Tuerquilandia donde
había una hermosa tuerca que era mágica y que se era utilizada por Dormilón,
lograría solucionar su problema.
Temporín volvía a saltar de
alegría porque
seguramente Dormilón quedaría curado, gracias al buen mago.
Pero para llegar a
Tuerquilandia, deberá atravesar
diez extraños países, cada uno de los cuales posee una enorme locura que se
contagiaba a todo el que llegaba a ese país, por esto sería peligroso si
Temporín se contagiaba en alguno de ellos. A pesar de esto el amigo de Dormilón
optó por ir. El primer país en el que penetró fue Bambolín “El reino del
balón”.
Todos sus habitantes no
paraban de lanzar un balón hacia arriba parándolo cada vez con una parte
distinta del cuerpo y nombrándola. La paraban con:
·
El pie.
·
La mano.
·
La rodilla
·
La cabeza
·
El codo
Temporín comenzó a realizar
todo lo que aquellos habitantes hacían.
Pero muy pronto se dio cuenta de
que tenía que continuar buscando la tuerca mágica. Y traspasó la frontera de
aquel país. Se sentó un momento para descansar y poder entrar en el segundo
país. Este país se llamaba Lateralilandia. En éste todos los habitantes se lanzaban pelotas,
pero lo único que importaba era recoger con la mano no dominante. Porque un
gran mago se había encargado de paralizar las manos dominantes a todos los
habitantes. ¿Nos saldrá a nosotros?
Estuvo Temporín inmerso en esta
locura muy poco rato porque le parecía muy aburrida, así es que no tuvo ningún problema
para poder traspasar la frontera de salida. Después de un pequeño descanso
decidió penetrar en el tercer país, se llamaba Espacilandia.
Era un país enorme, sin
embargo, sus habitantes se empeñaban en desplazarse de un sitio para otro, pero
sólo por el centro del país, dejando todo lo demás vacío. Hagámoslo.
Todos se desplazaban por el
centro, sin embargo, lo hacían con tal cuidado que no chocaban, porque si esto
ocurría caían tendidos en el suelo sin saber por cuánto tiempo. A Temporín le parecían tontos, pero poco a poco fue entrando en el
juego, tuvo mucho cuidado de no chocar con nadie, porque sería un verdadero
desastre, no podría recoger la famosa tuerca.
Pronto entró en el cuarto país.
Era un país de nombre desconocido porque nadie había logrado salir de él. Cuando entró en él pudo
ver como todos sus habitantes estaban colocados en parejas y jugaban a ponerse
a la derecha del compañero, a la izquierda, delante y detrás. Uno de ellos
siempre ocupaba la misma posición, mientras el otro cambiaba continuamente. A Temporín se parecieron curiosos los
términos derecha, izquierda, delante y detrás. No paraba de probar para
aprenderlos todos muy bien. Tardó bastante rato en salir de este país. Por fin
se dio cuenta de que el tiempo pasaba y debía continuar. Por fin entró en el
quinto país, Flexibilandia.
Todos los habitantes de este
país estaban preocupados por doblar la cintura y dejando las piernas bien
rectas llegar al suelo e intentaban tocar con las manos el talón, sin doblar
los pies y hacían muchos más ejercicios.Le resultaron muy
difíciles estos ejercicios y no tuvo más remedio que descansar un largo rato. Respiró e inspiró varias veces
intentando recuperarse. Siempre por la nariz intentando hinchar la barriga en
la inspiración y luego desinflarla.
Pronto pudo entrar en el sexto
país, Equilibrín. Ya le quedaba menos. En este
país estaban todos los habitantes haciendo equilibrios, sobre un pie, sobre los
talones, sobre las puntas de los pies, siguiendo una línea imaginaria, subiendo
y bajando de un banco,…
A Temporín le gustaba mucho esto del equilibrio y se quedó demasiado
tiempo en este país. Pasó al séptimo país. Este era el más importante de todos,
si lograba pasar esta prueba prácticamente estaría todo resuelto. Se llama
Ritmilandia, en él se oía una gran música y todos
sus habitantes se movían al ritmo de ésta. Cuando la música se paraba, el
cuerpo de todos los habitantes se paralizaba por completo y se iba recuperando
el movimiento de la siguiente manera:
·
Mano izquierda dedo pulgar
·
Dedo meñique
·
Muñeca y brazo.
·
Hombro solo
·
Cuello solo
·
Cintura solamente
·
Tobillo solamente
·
Rodilla solamente
·
Brazo solamente
·
Manos
·
Hombros
·
Hombros, manos, cuello
·
Brazos, hombros.
·
cintura
·
cintura, hombros, brazos, manos.
·
Todo el cuerpo.
A Temporín le costó mucho salir de este país.
Estaba muy cansado y aún le quedaban 3 países, así que decidió continuar. Al
cabo de un rato entró en Animilandia, el octavo país. Se llamaba así porque
todos los hombres de este país andaban
de un lado para otro sin chocar, pero expresando alegría, tristeza, asombro,
preocupación… había una
voz muy fuerte que indicaba en que estado de animo se tenían que encontrar los
habitantes, todos
tenían que obedecer, porque sino caen tendidos en el suelo y no se pueden
levantar hasta que no comienza otro estado de ánimo. A Temporín le resultó muy difícil poder
salir de este país, pero con mucho ánimo logró salir y entrar en el penúltimo
país. Era el
país de los balones, todos los habitantes se desplazaban por el espacio en
parejas con un balón, lanzándolo de una manera y recogiéndolo el compañero de
otra forma diferente: unas veces la lanza sentado y el compañero la recoge de
pie con las dos manos.
Para salir de este país
Temporín tuvo que investigar 5 formas diferentes de lanzar y recoger la pelota.
Por fin Temporín pudo salir de
este país y por fin pudo penetrar en el último país donde estaba la tuerca
mágica. En este
país todos los habitantes andaban hacia atrás. Temporín comenzó a realizar el juego y cuando vio que todos los
habitantes del país estaban distraídos cogió la tuerca mágica. Pidió un gran
deseo, llegar rápido a Relojelandia, donde estaba seguro que lo estaban esperando. El deseo se cumplió y
después de dar giros tumbado en el suelo hacia la izquierda y la derecha llegó
a Relojelandia. La gente en Relojelandia estaba muy tristes, pero a medida que
iba pasando Temporín con la tuerca en la mano, todos reían, saltaban y
realizaban giros de alegría.
Temporín corrió en busca de
Dormilón, le dio la tuerca mágica y Dormilón empezó a funcionar. El pueblo
enteró aplaudía. Para celebrarlo se organizó una gran fiesta en la que todos
bailaron y cantaron. Al finalizar la fiesta se fueron a dormir.